ASHTANGA

El Ashtanga es una forma de yoga intensa, atlética y dinámica. Se caracteriza por la sincronización de movimiento y respiración (vinyasa). El objetivo de la práctica es depurar y fortalecer el cuerpo y la mente para favorecer un estilo de vida positivo.

«Ashtanga yoga»

Ashta = ocho Anga = Rama Yoga = Unión

“Las ocho ramas del yoga”

Yama– disciplinas éticas
Niyama– auto observación
Asana– postura
Pranayama– control de la respiración
Pratyahara– control de los sentidos
Dharana – concentración
Dhyana – meditación
Samadhi – un estado de alegría y paz

Sri K. Pattabhi Jois fué el fundador y director del Instituto de investigación de Ashtanga Yoga en Mysore, India. El aprendió este sistema dinámico de su maestro, Krishnamacharya, y a cambio lo ha transmitido a miles de estudiantes a través del mundo. El Ashtanga está basado en una secuencia especializada de posturas y en técnicas de respiración enfocada.

Sri K. Pattabhi Jois decía: “ 99% práctica y 1% teoría “. Él creía firmemente que el entrenamiento práctico es la única manera de eliminar del cuerpo y de la mente las obstrucciones y obstáculos y de activar los procesos de renovación física, mental y espiritual que conducen a la libertad y felicidad.

Mediante la constancia en la práctica, nutrimos las ocho ramas. Reflexiones personales comienzan a manifestarse. Nos hacemos conscientes de lo que ponemos en nuestros cuerpos y de cómo interactuamos con el mundo a nuestro alrededor. De este tipo de instropección, las cualidades de Yama y Niyama comienzan a desarrollarse. Asanas y Pranayama crecen cuando aplicamos una respiración enfocada y consciente al practicar cada postura. Mientras mantenemos la mente fija en el sonido y la calidad de nuestra respiración, los sentidos se enfocan al interior y el elemento del Pratyahara se manifiesta. Mientras mejoramos nuestra habilidad de controlar los sentidos durante la práctica, la sutil cualidad de la concentración se profundiza en la forma de Dharana. Con tiempo, la práctica se vuelve más interna y se desarrolla un poder de concentración más refinado que fortalece nuestra habilidad de permanecer presentes. Entonces, la práctica crece para convertirse en una experiencia meditativa profunda y resonante conocida como Dhyana. En esta etapa, estamos creando un gran potencial para explorar los más finos rincones del yoga conocidos como Samadhi, en el que comprendemos la esencia pura de todo lo que existe.

LA PRÁCTICA:

En la práctica de Ashtanga, la respiración (ujjayi) las asanas, el vinyasa, los bhandas (contracciones internas de los músculos) y dristhi (punto de mira) se utilizan en conjunción, para calentar el cuerpo y poder realizar las asanas de un modo seguro. Este calor interior genera un proceso de limpieza que actúa desde los músculos, los órganos y el sistema nervioso hasta la mente y el espíritu. “Entrégate a la práctica y lo tendrás todo” decía Sri K. Pattabi Jois.

Cada practicante avanza de forma progresiva a lo largo de tres series de posturas, respetando su capacidad física y su respiración.

Las clases se dividen en:

Mysore style: Los alumnos practican a su propio ritmo y respiración. El profesor hace sobre todo ajustes físicos manuales.
Clases guiadas: El profesor cuenta en voz alta los Vinyasas y dice el nombre de cada asana. Establece un ritmo uniforme, que los alumnos siguen al unísono, dándoles instrucciones para el alineamiento de la postura, la aplicación de los bandhas y sobre qué dristi usar.

Recomendaciones para la práctica:

Tradicionalmente, la práctica se realiza seis mañanas a la semana, descansando un día. Se descansa también los días de luna llena y luna nueva.

No es aconsejable que las mujeres hagan asana durante los tres primeros días de la menstruación, ni durante el primer trimestre de embarazo y los tres primeros meses después del parto.

Practicar con ropa ligera que permita transpirar y moverse con libertad.

Es muy recomendable practicar con el cuerpo y ropa limpia, no sólo por consideración hacía tu propia práctica, sino también hacia los demás practicantes de la shala. Si se suda en exceso, tener una toalla pequeña para secar la esterilla y el área circundante.

Es crucial practicar con el estómago vacío. No comer nada durante al menos dos horas antes de la práctica de asana, ni beber durante al menos el cuarto de hora previo. Durante la práctica no se debe comer ni beber nada, ni siquiera agua. Es mucho más fácil realizar algunos de los estiramientos más intensos, sobre todo los estiramientos hacia delante y las torsiones, con el estómago vacío, y también es más fácil aplicar los bhandas.

Al finalizar la práctica, tras haber descansado, se pueden ingerir líquidos, pero se debería esperar al menos media hora antes de comer nada.

El shala debe estar en el mayor silencio posible, por respeto al profesor, a los demás alumnos y a tu propio proceso interno.

El Ashtanga yoga es beneficioso para cualquiera que se interese por él, ya sea rígido o flexible, esté en buena o baja forma. Cada cual progresa a partir de su propio nivel y a su propio ritmo, escuchando a su cuerpo, su respiración y su mente. Para mantenerse motivado, es importante establecer un ritmo idóneo para cada uno, y avanzar con calma. No caer en la tentación de compararse con los demás, pues cada persona se beneficia de este sistema de yoga de la manera que le es propia.

El Ashtanga puede ser utilizado como un método para preservar una buena condición física o puede convertirse en un camino para explorar la espiritualidad. Sea cual sea nuestra finalidad, sólo hay un método para disfrutar de sus beneficios: práctica!